4 días en camper por la costa de Málaga

4 días en camper por la costa de Málaga

4 días en camper por la costa de Málaga: mi ruta desde Torrox hasta los pueblos blancos

 

Siempre había asociado la Costa del Sol con hoteles de todo incluido y playas masificadas. Este otoño decidí alquilar una camper para una nueva aventura recorrer la provincia de Málaga a mi ritmo. 4 días, unos 200 kilómetros y la sensación de haber descubierto un territorio que no sale en los folletos.

Día 1: Torrox Costa

Empecé mi aventura recogiendo una Covey Camper Terray cerca del centro de Málaga capital y puse rumbo al este por la A-7. Primera parada: Torrox Costa.

Un cartel a la entrada presume de tener el mejor clima de Europa, y después de cuatro días puedo confirmar que no exageran. Me instalé en el área Milucar, a metros de la playa del Peñoncillo. Parcela nivelada, electricidad, duchas y wifi por unos 15 euros la noche.

Esa primera tarde no hice nada productivo. Me senté en la puerta de la furgo con una cerveza fría mientras el sol se hundía en el mar. A las nueve bajé al chiringuito de al lado y cené sardinas a la brasa con una ensalada de tomate de los buenos. Dormí con el sonido de las olas de fondo y la brisa entrando por la ventana.

Hay que reconocer una cosa, y es que en Málaga hace buen tiempo hasta en pleno diciembre.

Día 2: Nerja y los acantilados de Maro

Desde Torrox hasta Nerja hay apenas 15 minutos. Llegué temprano, antes de que los autobuses de turistas invadieran el Balcón de Europa. Pasear por el casco antiguo a esas horas, con los comercios abriendo y el olor a café recién hecho, es otra experiencia. Visité las Cuevas de Nerja a primera hora, prácticamente solo.

Por la tarde me acerqué a Maro.

Dejé la camper en el parking gratuito junto al pueblo y bajé andando hasta los acantilados. El agua tiene ese color turquesa irreal que asocias con el Caribe, no con Andalucía. Alquilé un kayak por 8 euros la hora y remé hasta la cascada, pasando por calas escondidas entre las rocas.

No había nadie. Solo mi pareja, mi perrita Blanca (la más bonita del mundo) yo, y los acantilados y el sonido del agua cayendo. Ese momento justificó todo el viaje

Día 3: Frigiliana y Comares

Tocaba abandonar la costa y ganar altura. Frigiliana está a solo 7 kilómetros de Nerja pero parece otro mundo. Calles empedradas, casas encaladas, macetas con geranios en cada esquina. Me compré un bote de miel de caña en la única fábrica de Europa que la produce. Desayuné tostada con aceite en una terraza con vistas al valle.

Comares está a 740 metros de altitud y lo llaman el Balcón de la Axarquía. La carretera de subida es revirada pero la furgo la aguantó sin problema. Llegué al atardecer y el pueblo entero se tiñó de naranja. Cené ajoblanco en la plaza, rodeado de vecinos que me miraban con curiosidad. Cero turistas. Pasé la noche en el área de campers del pueblo, con medio Mediterráneo a mis pies.

Día 4: Torre del Mar y vuelta

El último día bajé de nuevo a la costa por Torre del Mar. Necesitaba vaciar aguas y recargar antes de devolver la camper, y el área junto al paseo marítimo era perfecta. Aproveché para caminar por uno de los paseos más largos de Andalucía y despedirme del viaje con un espeto de sardinas.

Le devolvimos la furgoneta en Málaga de nuevo a Covey Camper (bien limpita, como debe ser) con la sensación de haber exprimido cada hora.

4 días que se sintieron como unas vacaciones largas. Sin estrés de maletas, sin horarios de desayuno, sin preocuparme por llegar tarde a ningún sitio.

¿Y si tú tampoco tienes furgoneta… ¿Dónde puedes alquilar una camper en Málaga?

Era la pregunta que me hacía yo antes de este viaje. No tengo camper propia ni pienso comprarme una para usarla 2 semanas al año. La solución fue alquilar una camper para una nueva aventura con Covey Camper.

Tienen delegaciones por toda España, y como no, también en Málaga. Una flota con distintos modelos según lo que necesites: desde furgos compactas hasta campers más grandes si viajas en familia o con amigos. Todas vienen equipadas con cocina, nevera, cama y lo básico para ser autónomo desde el minuto uno.

Ah, y lo más importante, son Pet Friendly. Aquí o viajamos todos o no viaja nadie.

El proceso fue sencillo: reservé online, recogí la furgo con el depósito lleno y una explicación rápida de cómo funcionaba todo, y cuatro días después la devolví en el mismo sitio. Sin sorpresas ni letras pequeñas.

Para alguien que nunca había viajado así, fue la forma perfecta de probar si esto del camper era para mí. Spoiler: lo es.

Lo que me llevo de Málaga

Viajar en camper por Málaga cambia la forma de relacionarte con el territorio. Duermes donde quieres, comes cuando te apetece, conoces a otros viajeros que comparten recomendaciones que no aparecen en Google. En Torrox un alemán me dibujó en una servilleta la ruta para ver el amanecer desde Comares.

En Maro una pareja de Valencia me habló de una cala que no viene en ningún mapa.

Si nunca te has planteado este tipo de viaje, Málaga es un buen sitio para empezar. Buen clima, infraestructura preparada y paisajes muy distintos en pocos kilómetros. Yo ya estoy pensando en la siguiente ruta.

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